ENVIDIA Y CODICIA
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Este
mandamiento, tal como lo conocemos, parece desprenderse del noveno, lo cual
demuestra la enorme importancia que tienen los conceptos de la envidia y el
deseo.
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La
envidia es el más sociable de los vicios. Proviene de nuestro carácter de
animales gregarios. Envidiamos porque nos parecemos unos a otros y, como ya
dijimos, la mayoría de las cosas que nos resultan apetecibles son las que vemos
desear a otros. Por ejemplo, cuando se hacen regalos a un grupo de niños
pequeños, cada uno de ellos está más pendiente de lo que le han dado a los
demás que del suyo.
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El
que envidia roba, el que envidia levanta falso testimonio, el que envidia mata,
el que envidia comete adulterio. La envidia es la raíz de los grandes males de
la sociedad.
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Puesto
que todos somos iguales, todos podemos envidiar a todos. A la persona de clase
más baja le gustaría ser el gran financiero, o la gran actriz de cine o el
ganador de un concurso de televisión. Ninguno de nosotros se considera excluido
de nada.
LA DEMOCRACIA Y LA ENVIDIA
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La
democracia también fomenta la envidia y la extiende. La envidia también codicia
ese bien que es el poder, el mando que se tiene sobre la comunidad.
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Tengo
tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden
dejan una herida profunda. (Martín Lutero)
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La
ambición por tener poder y dinero muchas veces sirve de tapadera de carencias
que no pueden adquirirse como los bienes materiales.
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